
Quizás muchos de ustedes aún no lo sabían, pero algunos estudios sobre alimentación han señalado que los seres humanos que cuentan con una mayor proporción tanto de Prevotella como Bacteroides (P/B) suelen perder peso rápidamente con una dieta rica en fibra, sobre todo los individuos que tienen bajos niveles de amilasa salival.
Sin embargo, al día de hoy aún no está totalmente claro si las asociaciones entre el microbioma intestinal y los fenotipos de pérdida de peso resultan ser independientes de las asociaciones como el IMC microbioma. Normalmente las personas con un IMC basal más alto suelen entonces por alguna razón mostrar descensos de mayor magnitud en el IMC en el seguimiento, lo que además se ha denominado como un efecto de "regresión a la media".
Es por ello que un equipo de investigación liderado por Christian Diener del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, en los EE.UU, se encargaron de analizar la respuesta a la pérdida de peso en un grupo de 105 individuos seleccionados de una población inscrita en un programa comercial de bienestar, y este estudio como tal incluía un entrenamiento de estilo de vida saludable.
El objetivo principal de dicho estudio era del poder comprender las posibles interacciones entre el IMC inicial, con los patrones dietéticos, así mismo con la salud metabólica y también con los perfiles del microbioma intestinal y llegar a conocer así cómo estos factores de la salud metabólica y los perfiles del microbioma intestinal pueden llegar a asociarse con los cambios en el peso y con la salud metabólica en general de la persona.
En dicho estudio un total de 31 características funcionales metagenómicas fueron asociadas directamente con la pérdida de peso, dentro de las que se incluyeron tanto los genes de degradación de proteínas y polisacáridos complejos, como los genes de respuesta al estrés, los genes relacionados con la respiración y así mismo los genes de síntesis de la pared celular.
En pocas palabras, este estudio confirmó que la microbiota intestinal ayuda realmente a descomponer mucho más rápido los complejos polisacáridos extracelulares en azúcares más simples y que además son más fácilmente absorbidos por el huésped.