Si de algo debemos estar muy conscientes es que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo hasta el día de hoy la causa más importante de mortalidad a nivel mundial, las estadísticas señalan que 18,6 millones de personas mueren cada año en todo el mundo a causa de esta patología.
Como es de saber, desde hace años los factores de riesgo modificables tradicionales están muy bien definidos e incluyen tanto la hipertensión, como la obesidad, la diabetes, el consumo de tabaquismo y así mismo el hipercolesterolemia. Además, con el pasar del tiempo se ha demostrado que el impacto de todos estos factores realmente puede llegar a reducirse por medio de algunos cambios en el estilo de vida y esta es una realidad de la que todos debemos estar muy conscientes.
En este caso, también debemos estar muy conscientes que la salud del sueño resulta ser un factor de vital importancia para la salud y así mismo para el bienestar general de cualquier persona. Normalmente siempre se le ha prestado mucha atención a los trastornos del sueño, pero la evaluación de este también es muy importante, puesto a que datos señalan que la alteración del ritmo circadiano podría ser sin duda alguna un factor de riesgo de ECV muy poco estudiado y que por el desajuste prolongado de los ritmos circadianos se asocia más que todo con una presión arterial elevada y así mismo con estimular el desarrollo de la aterosclerosis proporcionando así un posible mecanismo biológico que genera el aumento del riesgo cardiovascular.
En este punto cabe mencionar que David Plans de la Universidad de Exeter, de Reino Unido, se encargó de analizar la asociación entre el inicio del sueño y así mismo de los eventos cardiovasculares luego de ajustar la edad, como el sexo, también la duración del sueño, la irregularidad del sueño, como el cronotipo autodeclarado, el hábito de fumar, como el índice de masa corporal, la diabetes, la presión arterial, así mismo como el colesterol en sangre y también el nivel socioeconómico.
Este estudio logró incluir un total de 88.026 individuos del Biobanco del Reino Unido, los cuales fueron reclutados entre los años 2006 y 2010, cabe mencionar que la edad media era de 61 años, ya que el rango era de 43 a 79 años y el 58% de las personas estudiadas eran mujeres.
En este caso los datos sobre el inicio del sueño y así mismo de la hora de despertarse se recogieron justamente durante un lapso de siete días y haciendo uso de un acelerómetro de muñeca, aquí los participantes también tuvieron que completar algunas evaluaciones y cuestionarios demográficos, tanto de estilo de vida, como de salud y físicos.
Además, durante un seguimiento medio de 5,7 años, un total de 3.172 de los participantes que era el (3,6%) total de todo el grupo desarrollaron una enfermedad cardiovascular, y en este caso la incidencia fue mayor en aquellas personas que dormían a medianoche o en su defecto más tarde y claramente mucho menor en aquellas personas que solían ir a dormir poco antes de la media noche.
En un análisis adicional por sexo, el estudio señalo que el aumento del riesgo cardiovascular fue claramente más fuerte en las mujeres.